jueves, 15 de abril de 2010

La mano de Dios

Yo amo al futbol, y no lo amo como lo ama esa serie de comerciales malos y grotescos de Televisión Azteca. No, yo LO AMO. Así sin más, sin intereses monetarios de por medio, sin bajas pasiones que de esas que ciegan, lo amo sin el interés enfermizo de una Coca Cola gigantoide que baila en el estadio y sin sin la comercialidad de la horrible rayita que pintan nuestros árbitros para marcar una falta, mucho menos sin el ridículo que hacen nuestros narradores al anunciar la benevolencia de Comex, el color del futbol. Y lo amo como se ama a una puta, de esas baratas que no corresponden jamás amor alguno que no cuente con pesos en la bolsa.

Lo amo tanto que no soporto ver a Itamar cayéndose sin vergüenza, olvidando el balón, buscando un penal inexistente. Tanto, tanto, que no puedo ver las declaraciones de un Felipe Baloy diciendo que va a golpear a otro jugador. Tanto, pero tanto, que no soporto ver a un defensa reclamar saque de banda cuando sabe perfectamente que él fue quien pateó la bola hacia afuera. Mucho menos soporto la cobardía de quien “en un movimiento natural del cuerpo”, salta a rematar un balón con los brazos en alto, estrellando en la cara del rival uno de sus lastimeros codos.

No soporto ver jugar once contra once y necesitar un árbitro. Hombres que necesitan de un árbitro para dirimir diferencias, no son hombres. Y, aún, es menos hombre quien después de una falta se levanta amenazando al contrincante diciéndole que al final del partido le va a romper la maceta, y al caminar expulsado, hace una seña peor que de actriz barata haciendo notar que tendrá al contrincante en la mira.

No soporto las deshonestidades en detrimento de mi amado futbol. Pero lo amo tanto, tanto, tanto que si llega el día, el día profetizado en que México juegue una final del Mundial, y un diez chaparrito con una zurda privilegiada se eleva, lo más que pueda, y con su mano, derecha o izquierda, anota un gol por demás deshonesto y sinvergüenza, voy a celebrar.

Grande, Diego.

2 comentarios:

  1. El fútbol es una pasión, es amor y ninguna de las dos se pueden explicar.
    Yo también gritaria ese gol deshonesto y sinvergüenza!!!! hahaha... Buen blog Richard... Saludos...

    dani_zolezzi

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  2. Dani, no había visto tu comentario, te agradezco mucho el tiempo que te tomas en leer este blog que escribo para quienes amamos el futbol.

    Saludos!

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